Jornadas Mundiales de la Juventud



1. ¿Qué es la Jornada Mundial de la Juventud?

"La Jornada Mundial de la Juventud es un gran encuentro de jóvenes de todo el mundo en torno al Vicario de Cristo. Es un medio evangelizador más de la Iglesia, que por medio de estas Jornadas continúa anunciando el mensaje de Cristo a los jóvenes. La JMJ es un empeño evangelizador en el que la Iglesia manifiesta su constante solicitud por la juventud. Todos los jóvenes deben sentirse atendidos por la Iglesia, para ello, toda la Iglesia, en unión con el Sucesor de Pedro, ha de sentirse cada vez más comprometida a nivel mundial, a favor de la juventud (…) para corresponder a sus expectativas, comunicándoles la certeza de Cristo, la verdad que es Cristo, el amor, que es Cristo mediante una formación adecuada, que es una forma necesaria y actualizada de la evangelización." (Juan Pablo II, Discurso al Colegio Cardenalicio, 20 diciembre 1985)

2. ¿Qué objetivos tiene la JMJ?

La finalidad prioritaria de la JMJ es dar a conocer a todos los jóvenes del mundo el mensaje de Cristo. Es una iniciativa evangelizadora de la Iglesia, con una gran dimensión ecuménica. "Tengo recuerdos muy bellos de la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia: no fue simplemente un acontecimiento de masas; fue sobre todo una gran fiesta de fe, un encuentro humano de comunión en Cristo. Vimos cómo la fe abre las fronteras y tiene realmente la capacidad de unir las diferentes culturas, y crea alegría.

Espero que suceda lo mismo ahora en Australia. Por eso, me alegra ver a muchos jóvenes, y verlos unidos en el deseo de Dios y en el deseo de un mundo realmente humano" (Entrevista de Benedicto XVI a los periodistas durante el vuelo a Australia. 12 julio 2008). Por tanto, los objetivos de la JMJ son los de toda evangelización: en concreto, dar a conocer a Cristo a los jóvenes de nuestro tiempo. Así pues, ¿cuál es la naturaleza de lo que sucede en una Jornada mundial de la juventud? ¿Cuáles son las fuerzas que actúan en ella?

Algunos análisis que están de moda tienden a considerar estas jornadas como una variante de la cultura juvenil moderna, como una especie de festival rock modificado en sentido eclesial con el Papa como estrella.

"Con fe o sin fe, en el fondo estos festivales serían siempre lo mismo; y así se piensa dejar de lado la cuestión sobre Dios. También hay voces católicas que van en esta dirección, considerando todo ello como un gran espectáculo que, aunque sea hermoso, sería de poco significado para la cuestión sobre la fe y sobre la presencia del Evangelio en nuestro tiempo. Serían momentos de un éxtasis festivo, pero que en fin de cuentas luego dejarían todo como estaba antes, sin influir profundamente en la vida. De ese modo, sin embargo, la peculiaridad de estas Jornadas y el carácter particular de su alegría, de su fuerza creadora de comunión, no encuentran ninguna explicación" (Discurso de Benedicto XVI a la Curia, 22 diciembre 2008).

3. ¿Se trata de una gran fiesta juvenil?

Depende de lo que se entienda por “gran fiesta juvenil”. Aunque algunas manifestaciones externas de las JMJ puedan similares a las de otras concentraciones juveniles, el motivo que lleva a miles de jóvenes a participar en las JMJ no es meramente lúdico. Es cierto que los jóvenes viven numerosas experiencias gozosas durante esos días, pero ese gozo nace de su encuentro personal con Cristo, que es lo que buscan y encuentran en estas Jornadas Mundiales de la Juventud; de su experiencia de la fe y de la caridad cristiana. No se trata, por tanto, una magna autocelebración de la Iglesia, ni de una reunión de los jóvenes católicos para autoexaltarse. Esto no tendría sentido, ya que la misión de la Iglesia mira siempre a Cristo y a los otros, particularmente hacia los más necesitados.

Sin embargo la experiencia confirma que las JMJ acaban siendo profundamente gozosas para los que participan, y se quedan en las biografías de millones de jóvenes de nuestro tiempo como días inolvidables. Sólo en este sentido puede decirse que las JMJ son una fiesta, ya que sucede en ellas lo que comentó Benedicto XVI aludiendo a las jornadas de Sydney: "Las jornadas se transformaron en una fiesta para todos; más aún, sólo entonces se cayó verdaderamente en la cuenta de lo que es en realidad una fiesta: un acontecimiento en el que todos, por decirlo así, salen de sí mismos, van más allá de sí mismos y precisamente así están consigo y con los demás" (Benedicto XVI, discurso a la Curia, 22 diciembre 2008).
"Una gran fiesta de fe que reunió a más de doscientos mil jóvenes de todas las partes del mundo y no sólo los acercó exteriormente, en sentido geográfico, sino también interiormente, gracias a que compartieron la alegría de ser cristianos"
(Benedicto XVI, Discurso a la Curia, 22 diciembre 2008).

4. ¿Son necesarias las JMJ?

La experiencia pastoral y apostólica durante estos años ha sido abrumadoramente positiva. Por otra parte, la sacramentalidad de la Iglesia implica su visibilidad. La misión de la Iglesia es siempre “ad gentes” (“Id a todo el mundo y predicad el Evangelio, dijo el Señor”) y esto implica hacerse presente en la sociedad. Estas Jornadas son una manifestación más de la presencia de la Iglesia y un signo de comunión entre sus miembros. En estos encuentros, que son fundamentalmente encuentros de oración, de caridad, de solidaridad y respeto, se pone de relieve el más íntimo ser de la Iglesia: como Iglesia orante, como Iglesia peregrina. Y al mismo tiempo se pone de relieve su catolicidad.

5. ¿Las JMJ se dirigen exclusivamente para los jóvenes católicos?

Las JMJ tienen una clara identidad católica, pero se dirigen a todos los jóvenes del mundo. Se dirigen en primer lugar a los jóvenes católicos y están abiertas a todos los jóvenes de buena voluntad que deseen hacer una experiencia en su vida personal del amor de Dios por medio de su Hijo Jesucristo, de la caridad fraterna y la solicitud por los más necesitados. La experiencia de estas décadas ha mostrado que son una oportunidad para miles de jóvenes de todo el mundo puedan conocerse, establecer amistades y aprender unos de los otros.

6. ¿Quién las convoca y organiza?

El Papa. El Pontífice elige el tema, y lo explica en un mensaje; y es quien convoca a los jóvenes. La JMJ las organiza el Consejo Pontificio para los Laicos, que es un departamento del Vaticano al cual ha encomendado el Santo Padre la organización de la Jornada Mundial de la Juventud. Además existe un Comité organizador local, que trabaja en estrecha unión con el Consejo Pontificio para los Laicos.

7. ¿Cómo se sufragan los gastos de la JMJ?
Los gastos de la JMJ se sufragan: por las cuotas de participación de los jóvenes, que pagan una contribución para cubrir los gastos. Esta es la principal fuente de financiación de la JMJ. Por las empresas patrocinadoras de la JMJ, que ayudan con dinero y en especie a esta iniciativa de ámbito mundial, como manifestación de su responsabilidad social corporativa, y en cambio de la visibilidad en los actos, carteles, publicaciones, etc. Por donativos pequeños y grandes de muchas personas de todas las edades, que quieren poner su grano de arena a esta convocatoria del Papa a la juventud del mundo, para hablarles de Jesucristo, de paz, de reconciliación, de compromiso por los más necesitados. Por la Fundación Madrid Vivo.