No licuen la fé- El Papa a jóvenes argentinos



RÍO DE JANEIRO, 25 Jul. 13 / 12:12 pm (ACI).-
 
Esta es la transcripción del discurso que improvisó el Papa Francisco este mediodía en la Catedral de San Sebastián, con decenas de miles de argentinos que llegaron a Río de Janeiro:

"Gracias, gracias, por estar hoy aquí, por haber venido. Gracias a los que están adentro y muchas gracias a los que están afuera, a los 30 mil me dicen que hay afuera. Desde acá los saludo, están bajo la lluvia.

Gracias por el gesto de acercarse, gracias por haber venido a la Jornada de la Juventud, yo le sugerí al doctor Gasbarri que es el que maneja, que organiza el viaje, si hubiera un lugarcito para encontrarme con ustedes. Y en medio día tenía arreglado todo, así que también quiero agradecer públicamente también al doctor Gasbparri, esto que ha logrado hoy.

Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a haber lío va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!

Que me perdonen los obispos y los curas, si alguno después le arma lío a ustedes, pero es el consejo. Gracias por lo que puedan hacer.

Miren, yo pienso que en este momento esta civilización mundial se pasó de ‘rosca’, se pasó de ‘rosca’, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos.

Exclusión de los ancianos, por supuesto, porque uno podría pensar que podría haber una especie de eutanasia escondida es decir, no se cuida a los ancianos pero también está una eutanasia cultural. No se los deja hablar, no se los deja actuar. Exclusión de los jóvenes, el porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo y sin empleo es muy alto y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo, o sea esta civilización nos ha llevado a excluir dos puntas que son el futuro nuestro.

Entonces los jóvenes tiene que salir, tienen que hacerse valer, los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar por esos valores, y los viejos abran la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos, transmítannos la sabiduría de los pueblos.

En el pueblo argentino, yo se los pido de corazón a los ancianos, no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo que transmite la justicia, que transmite la historia, que trasmite los valores , que transmite la memoria de pueblo. Y ustedes, por favor, no se metan contra los viejos, déjenlos hablar, escúchenlos y lleven adelante. Pero sepan, sepan que en este momento ustedes los jóvenes y los ancianos están condenados al mismo destino: exclusión. No se dejen excluir, ¿está claro? Por eso creo que tienen que trabajar.

Y la fe en Jesucristo no es broma, es algo muy serio. Es un escándalo que Dios haya venido a hacerse uno de nosotros, es un escándalo, y que haya muerto en la cruz, es un escándalo, el escándalo de la cruz. La cruz sigue siendo escándalo pero es el único camino seguro, el de la cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús.

Por favor, ¡no licúen la fe en Jesucristo!, hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana pero, por favor, ¡no tomen licuado de fe!

¡La fe es entera, no se licúa, es la fe en Jesús!, es la fe en el hijo de Dios hecho hombre que me amó y murió por mí.

Entonces hagan lío, cuiden los extremos del pueblo que son los ancianos y los jóvenes, no se dejen excluir y que no excluyan a los ancianos, segundo, y no licúen la fe en Jesucristo.

Las bienaventuranzas. ¿Qué tenemos que hacer padre?, Mira lee las bienaventuranzas que te van a venir bien y si querés saber qué cosa práctica tienes que hacer, lee Mateo 25 que es el protocolo con el cual nos van juzgar. Con esas dos cosas tienen el programa de acción: las bienaventuranzas y Mateo 25 no necesitan leer otra cosa, se los pido de corazón.

Bueno, les agradezco ya esta cercanía. Me da pena que estén enjaulados. Pero les digo una cosa, yo por momentos siento qué feo que es estar enjaulado, se los confieso de corazón.

Los comprendo y me hubiera gustado estar más cerca de ustedes pero comprendo que por razón de orden no se puede. Gracias por acercarse, gracias por rezar por mí. Se los pido de corazón, necesito, necesito de la oración de ustedes, necesito mucho. Gracias por eso.

Les voy a dar la bendición y después vamos a bendecir la imagen de la Virgen que va a recorrer toda la república y la cruz de San Francisco que van a recorrer ‘misionaramente.

Pero no se olviden: hagan lío, cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia de los pueblos que son los ancianos y los jóvenes, y no licúen la fe".


Para tener en cuenta:

El doctor Alberto Gasbarri es un laico que desde el año 2005 se encarga de organizar los viajes papales.

Al decir que quiere "lío", el Papa se refiere a que quiere que los jóvenes se muevan, se levanten, no se queden quietos y hagan ruido.

A las 12.33, todos se pararon con sus celulares o cámaras en alto y, los que estaban más lejos, en puntas de pie, intentando buscar "al querido Jorge Bergoglio" envuelto en una sotana blanca. "Esta es la juventud del Papa", la frase más repetida por los peregrinos en esta Jornada, recibió al primer pontífice argentino en la catedral cónica, en medio de gritos desesperados que demostraban la devoción por este pontífice y el fuerte deseo por verlo pasar. La revolución de Francisco se sentía entre sus compatriotas.foto L.N.

"Va a predicar acá, me muero", dijo Juan José Olivetto Fagni, un seminarista de 25 años de La Plata, cuando lo vio acercarse al atril. Con la misma emoción, que oscilaba entre las lágrimas y los gritos, vivió esa media hora de discurso en la que todo el tiempo se reproducía en su memoria una anécdota.
Fue el 13 de octubre pasado, cuando tuvo su primer encuentro con el entonces arzobispo de Buenos Aires, en el Encuentro Ecuménico anual. "Me acerqué, le dije que lo admiraba. Le dije que tenía que seguir peleando a pesar de que había dejado su renuncia a merced del Vaticano, por la pelea que él ya generaba para el país". "Dios pelea", le contestó Bergoglio. "Pero cuenta con lo tuyo", redobló Juan José, y recibió una sonrisa del obispo, tras la cual le pidió que rezara por él, una costumbre que el Papa mantiene al día de hoy.
"Cuando lo vi, sentí una gran humildad. Me da fuerzas para seguir adelante. Si él está tranquilo, yo estoy tranquilo", señaló y percibió, como todos, a una Papa mucho más relajado que el de los últimos meses". "Es nuestro padre, está entre los suyos", opinó.



"Tengo un dolor en el estómago que no puedo más", dijo una joven cuando el Papa se sentó en el centro de la basílica, con una sonrisa inevitable e incrédula. Cuando llegó su turno para dar unas palabras a los argentinos, se paró y se acercó al atril. Entonces hubo un pequeño silencio seguido de ovación, como ocurrió a lo largo de todo su breve discurso".foto L.N.